Comunicación visual

Los artistas de la edad media aprendieron a expresar lo que sentían. No se proponían crear una imagen convincente de la naturaleza o hacer cosas bellas, sino que deseaban comunicar a sus hermanos de fe el contenido y mensaje de la historia sagrada. Refiere la narración con tal economía de medios y con tal concentración en lo importante, que el resultado final produce una impresión mayor a los relatos realistas.

Verse libres de la necesidad de imitar el mundo de las cosas visibles fue lo que les permitió representar la idea de lo sobrenatural. Las imágenes simples y sin detalles representaban conceptos del cristianismo muy abstractos y difíciles de explicar.

El cristianismo elabora una verdadera política de imagen gráfica de grandes proporciones. Se afirma el poder espiritual de la Iglesia a través de un lenguaje simbólico esquemático y jerarquizado cuya lectura exige un reconocimiento de carácter subjetivo de aquello que no ven ni saben, convierto así la lectura de imágenes en un acto de fe.

La comunicación se establece a través de un lenguaje simbólico esquemático y jerarquizado conformando un sistema complejo y eficaz.
Si el uso de la imagen como elemento fijador de órdenes políticas o religiosas se halla con frecuencia ligado a estructuras de poder totalitarias, también es cierto que el inteligente uso de la imagen como servicio de la comunicación suele coincidir con sociedades cultas y opulentas cuyo gusto estético consigue impregnar los más secundarios elementos de comunicación.